Consejos para reformar una casa vieja

 

El paso del tiempo tiene consecuencias físicas como el desgaste y el envejecimiento, en especial, aquellas cosas, objetos y propiedades que están expuestas a agentes externos como la lluvia y el sol. Reformar una casa vieja es un proceso por el que mucha gente ha pasado, sobre todo, si no pudo realizar un mantenimiento diario. Un piso suele envejecer más fácilmente ya que no tiene el problema de estar expuesto a las inclemencias meteorológicas. De ahí que las casas y chalets necesiten un mantenimiento constante si no quieren acabar con obras cada poco tiempo. Por ello, vamos a nombrar una serie de consejos para que el proceso de reformar una casa vieja sea una tarea fácil y sencilla.

 

Claves para reformar una casa vieja

 

Lo ideal de una casa es realizar una inspección como mínimo una vez al año a ciertos elementos como el tejado, los muros exteriores y las tuberías para evitar humedades y paredes negras. También es recomendable tener en cuenta el lugar donde residimos, no es lo mismo vivir en un lugar que llueva nueve meses que en lugares cercanos al Mediterráneo donde la lluvia es más escasa. En sitios con mucha humedad la necesidad de revisar los tejados y tuberías es mayor que en el sur, en especial, en invierno cuando coinciden épocas de mucho viento y lluvia como los típicos temporales gallegos. Sin embargo, en muchas ocasiones las obligaciones diarias hacen que la gente se olvide del mantenimiento, por ello y para evitar este problema haz caso a estos consejos:

 

Calcular el presupuesto y revisar la casa

 

La clave de la reforma de una casa vieja es comenzar por la estructura y revisar todo el interior y exterior. El techo, los suelos, los contrafuertes, las tejas, la instalación eléctrica, las tuberías y la caldera deben ser revisadas por completo. Quizas es bueno que te haga un analisis un estudio de arquitectura si fuera necesario. 

Una vez está todo revisado y se conocen las debilidades y necesidades de la vivienda es momento de calcular y comparar presupuestos, y por supuesto, solicitar permiso en el ayuntamiento para ejecutar la obra. Y es que antes de gastar de más o de menos es imprescindible conocer con exactitud la situación de la propiedad y la gravedad de la reforma. Igual lo que a simple vista parece una reparación pequeña y barata se convierte en una obra más costosa y es que a veces las apariencias engañan.

Por ejemplo, cuando aparezcan problemas de humedad en la pared o pequeñas grietas que puedan provocar dudas es recomendable preguntar a un obrero o una empresa de reparaciones que sabrán decir con exactitud cuál es el verdadero problema.

 

¿Cuándo es el momento de reformar una casa vieja?

 

Una vez se conoce la magnitud de la obra es el momento de ejecutar la reparación. En función del tamaño el presupuesto de reformas se disparará más o menos. De ahí que sea necesario plantearse cómo realizar la reforma de la vivienda.

Si la obra es grande y cara igual se puede posponer hasta otro momento. Una obra pequeña en el interior se puede hacer en cualquier momento, pero pintar una pared exterior o cambiar las tejas puede llevar varios días. Y es que el problema de ejecutar una obra en una casa vieja es encontrar el momento adecuado. El verano, por ejemplo, es ideal para tratamientos anti-humedad, para cambiar una tarima flotante o revisar las tuberías. Además, en la temporada estival es más fácil encontrar una empresa de reparaciones ya que suelen tener menor carga de trabajo.

Por tanto, el momento de reformar depende del tiempo libre que se disponga y cuándo se puedan hacer las reparaciones. Sin embargo, reformar una casa vieja es diferente a un piso o vivienda más nueva. Las necesidades son diferentes, por eso, siempre es necesario reparar lo más urgente en términos de construcción y lo menos estético.

 

Muebles y elementos de una casa antigua

 

Aunque se deje lo estético para el final no significa que no se pueda hacer un lavado de cara previo. Un pintado a la valla, a la puerta de entrada o la limpieza del tejado y el jardín cambian por completo el aspecto de una casa. El tema de las puertas debe ser considerado con atención ya que en ocasiones merece la pena cambiarlas por nuevas o solo la de la entrada. Todo depende del presupuesto y las necesidades.

Un consejo, revisar que los elementos de madera como las puertas y muebles no contengan carcoma, y es que de poco vale cambiar las puertas si quedan coleópteros que perforan la madera. Igual se puede optar por un tratamiento contra la carcoma y un pintado posterior. A veces con pocas cosas se consiguen grandes cambios, por ejemplo, basta con colocar objetos interiores como textiles (alfombras, edredones y manteles) en suelos, camas y mesas y reestructurar los demás objetos adaptados al estilo de la casa.

A la hora de reformar una casa vieja es el momento perfecto para darle una nueva vida ordenando el espacio moviendo los muebles e incluso restaurándolos bien sea pintando, reparando los cajones y golpes o colocando un tapizado nuevo en sillas y arcones.

En resumen, todo depende del tiempo, del presupuesto y las necesidades, lo bueno es que reformar una casa viejo es un proceso mágico que le devuelve todo el esplendor del pasado.